Monday, October 31, 2005

Justicia Social

Un mexicano (Luis Aguilar Sahagún) escribió “El concepto de justicia social puede ser interpretado como igualdad de las oportunidades iniciales bajo las cuales el sujeto individual recibe la oportunidad de abrirse camino en la vida por el propio esfuerzo individual, y de alcanzar el lugar social que desea y que corresponde a sus capacidades”. En verdad, es de aquellos párrafos que uno los lee y cree que uno los escribió, porque retrata de cuerpo entero los ideales en los que nos basamos para actuar en la vida y aquellas concepciones por las que luchamos cada día.
El problema surge porque, párrafos más adelante, nos encontramos con la realista frase de que “una igualdad de oportunidades de este tipo no es realizable”, tanto porque existen distintos criterios para establecer las bases iniciales y porque además resulta casi imposible lograr que estas bases se equiparen. (Es importante que considere el CASI!!!).
Por qué les comento esto, porque, creo, de nosotros depende en gran medida nuestro futuro, del esfuerzo que hagamos, de la responsabilidad con que asumamos nuestros compromisos y el “corazón” que le pongamos a las que cosas que hacemos. Pero no todo debe ser esfuerzo individual, sino más bien, a este esfuerzo, deben sumarse dos cosas en ámbitos distintos, pero complementarios.
Además del esfuerzo individual se debe sumar la acción de un ente superior, el Estado, que debe procurar disminuir las brechas sociales que existen entre ricos y pobres, y lograr que todos los habitantes de nuestro país, por el solo hecho de nacer aquí, tengan acceso a bienes vitales y a la posibilidad de surgir, y una vez que se esté en posesión de estos bienes vitales (alimentación, servicios básicos, empleo, educación y salud, a grandes rasgos) lo que viene a continuación es el resultado de los esfuerzos y las capacidades de cada uno. Por ese Estado debemos luchar, ese Estado deberíamos exigir a quienes gobiernan nuestro país y esa visión es la que debemos conocer. Por eso, resulta de gran importancia que cada uno de nosotros sepa, cuando vote este domingo (y también de los candidatos a Presidente, Diputado, Senador), cuál es la visión de Estado que tiene nuestro candidato, porque es en este ejercicio cívico cuando todos somos iguales, cada uno de nosotros tiene el derecho a emitir un voto, y el voto del más millonario de los empresarios chilenos seguirá siendo solo un voto, y el voto de la persona más humilde de Chile también lo será.
Pero, siguiendo con la lógica, la segunda cosa que debe considerarse tiene que ver con la oportunidad que se abre cuando trabajamos en conjunto, cuando unimos esfuerzos y buscamos mejorar nuestra calidad de vida. Porque no vivimos aislados y solos, pertenecemos a barrios, pueblos, localidades, comunas... en fin, comunidades. Y una comunidad organizada tiene mil posibilidades más de lograr resultados y ser escuchada, que cada esfuerzo individual que se realice. De allí que sea importante que ejerzamos la ciudadanía día a día, no sólo al momento de sufragar, sino perteneciendo a organizaciones territoriales (Juntas de Vecinos) y funcionales (Clubes Deportivos, Talleres productivos, organizaciones juveniles, entre otras), es la forma en que nuestros esfuerzos individuales pueden tener un real impacto y en que encontremos sentido a lo que hacemos, o no debe ser emocionante ver como construyen una plaza con aportes y trabajo de los mismos vecinos?, no será grato saber que el esfuerzo que se hace para construir iglesias, postas, talleres productivos, tiene un resultado concreto?, que donde juegan niños y jóvenes son espacios que nos hemos ganado como ciudadanos de este país, con derecho a estar en los espacios públicos y no entregárselos a los delincuentes?, aportar a que niños y jóvenes salgan de la drogas y los delitos a partir de actividades culturales y deportivas?.
Debemos asumir responsabilidades, porque no solo somos sujetos de derechos, con la capacidad de exigir educación para niños y jóvenes, atención de salud cuando lo requerimos, sino que tenemos deberes, y dentro de los cuáles debemos incorporar a nuestro diario vivir el de ser integrantes de la sociedad y que la calidad de vida que tenemos depende de nuestro compromiso con los demás, y el casi imposible, podría transformarse en una real posibilidad de disfrutar de una mayor Justicia Social.

Tuesday, October 25, 2005

El impacto de la globalización en la configuración de una nueva matriz sociopolítica

La globalización significa esencialmente “una transición desde la fase del estado-nación del capitalismo hacia una fase transnacional, cualitativamente nueva” como explica William Robinson en “La globalización capitalista y la transnacionalización del estado”. Es decir, estamos ante un proceso esencialmente de transformación del estado-nación, y no de desaparición, que implica el surgimiento progresivo de actores e instancias también trasnacionales, tanto económicas como políticas y culturales, que estarían generando una reconfiguración identitaria en el ámbito de la ciudadanía y por ende una reestructuración y transformación del Estado, es decir, su paso a convertirse en un estado trasnacional.
La globalización presenta al menos cuatro efectos, según Manuel Antonio Garretón: la desarticulación de los actores clásicos ligados al modelo de sociedad Industrial de Estado nacional -la explosión de identidades adscriptivas o comunitaristas basadas en el sexo, la edad, la religión - nuevas formas de exclusión que expulsan masas de gente estableciendo un vínculo puramente pasivo y mediático entre ellas y la globalización y la conformación de actores a nivel globalizado que enfrentan a su vez a los poderes fácticos transnacionales.
Debido a esto, los ciudadanos tienden a romper su relación de dependencia con el Estado, y apelan a instancias trasnacionales de solución y acción política, lo que implica nuevas formas de hacerla y ejercerla, a lo que se suma una redistribución del poder y la legitimidad a nivel nacional-estatal como internacionalmente. El cambio, en cuanto a la identidad ciudadana, tiene profundas implicancias con respecto a la forma en que los individuos conciben su posición con respecto a su espacio territorial, la autoridad estatal y por ende su cultura. En este sentido, las relaciones entre los individuos y el Estado se transforman.
En el caso de Latinoamérica, la política pierde su lugar privilegiado como eje fundamental de la sociedad, dando paso a un “nuevo tipo societal, que podríamos llamar post-industrial globalizado y que sólo existe como principio o como tipo societal combinado con el anterior, tiene como ejes centrales el consumo y la información y comunicación”, como explica Garretón.
Estos nuevos ejes generan y definen nuevos actores sociales, con nuevas demandas y áreas de acción social, donde ya no son sólo los partidos políticos los medios para canalizar demandas hacia el estado, sino también las ONGs, incluso los medios de comunicación.
Esta transformación y nueva configuración identitaria, tiene directa incidencia en la forma en que se perciben las personas como ciudadanos de un Estado-nación. Cambia su tradicional percepción con respecto a la nación como núcleo identitario y de cohesión, y por ende su forma de identidad ciudadana, lo que tiene enormes implicancias en la forma de actuar dentro y con respecto al Estado.
La transformación del Estado, no sólo significa la transformación de las estructuras institucionales y jurídico-políticas, sino también la metamorfosis de nuestras propias cosmovisiones y autopercepciones. Esto, genera nuevas particularidades, nuevas comunidades sociales agrupadas en torno a diversos simbolismos, que operan más allá del orden nacional estatal, como los grupos ambientalistas, las organizaciones virtuales. “La consiguiente redefinición del sentido de pertenencia e identidad, organizado cada vez menos por lealtades locales o nacionales, y más por la participación en comunidades transnacionales o desterritorializadas de consumidores”, como explica Néstor García Canclini en “Consumidores y ciudadanos”.
Todo esto, deriva en la configuración de una nueva matriz, donde no existen sistemas políticos, es un tipo societal sin sistema político, un modelo neoliberal que desarticula y desintegra la matriz estatal-nacional-popular. Por lo mismo, los nuevos actores emergentes, presentan “problemas de representación en la arena política bastante más complejos, en comparación con los actores propios de la sociedad industrial de Estado nacional”, pues no existe una identidad definida en torno al Estado esencialmente, ni a la nación en muchos casos.
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