Tuesday, March 13, 2007

Trabajo Carcelario en Chile / La industria carcelaria como alternativa de solución a la crisis penitenciaria

En el año 2003 existían en el sistema de reclusión chileno 36.331 personas privadas de libertad, según Gendarmería de Chile, y el déficit en infraestructura alcanzaba más del 60%, según la Fundación Paz Ciudadana. Es decir, “mientras era capaz de albergar a 23 mil reclusos, la población recluida era levemente inferior a 38 mil” (Libertad y Desarrollo, 2004: 2). Considerando esto, y que los niveles de reincidencia son cercanos al 60%, podríamos decir que la situación carcelaria es crítica a todo nivel.
“La política carcelaria es uno de los pilares fundamentales de un sistema de justicia penal en forma” (Libertad y Desarrollo, 2004: 1) entonces se hace prioritario plantear que la Reforma Procesal Penal hecha por el Gobierno, incluya y contenga con mayor claridad el tema referido a la reclusión de los individuos y su posterior, y permanente rehabilitación. Por esto, “resulta sumamente relevante el Programa de Concesiones de Infraestructura Penitenciaria, el que a partir del año 2003 ha impulsado la construcción de 10 nuevas cárceles por parte de privados, lo que aumentará la capacidad del sistema en 16.000 plazas. El modelo de concesiones contempla que Gendarmería debe mantener las funciones de vigilancia y administración de los establecimientos penitenciarios y además, fiscalizar al concesionario en el cumplimiento de los estándares establecidos en las bases de licitación. Por su parte el concesionario debe diseñar, construir, equipar y mantener el recinto, así como velar por la provisión de servicios básicos y programas de rehabilitación y reinserción para los internos” (Williamson, 2004: 10).
Sin embargo, éste proyecto, que busca la inclusión de agentes externos privados en el desarrollo de nuevas cárceles, se vio algo mermado cuando en noviembre del año pasado se informaba “el retraso en 7 meses que sufrirán el primer grupo de cárceles concesionadas” (Libertad y Desarrollo, 2004: 1).
Al problema de la infraestructura y por ende, el hacinamiento, se suman otras deficiencias como la baja cobertura de los proyectos de trabajo y rehabilitación, falta de recursos humanos y capacitación del personal, que generan problemas para cumplir los dos fundamentos esenciales de la cárcel. “En la actualidad existe un déficit de alrededor del 50%, lo que implica condiciones de vida deficientes para los internos y niveles de seguridad insuficientes” (Williamson, 2004: 10).
Ese deficiencias inciden en el nulo efecto que tiene la estadía en la cárcel en generar rehabilitación y en disminuir la reincidencia de los reclusos, si consideramos que un 39,4% es población primeriza y 60, 6% restante, es población reincidente. Es decir, más de la mitad de la población penal circula permanentemente por los diversos penales nacionales, sin ningún atisbo de rehabilitación, en una lógica viciosa que no tienen punto de término. A esto se suma el costo diario que implica, para el Estado, el mantenimiento de la población penal que asciende a los $6.832 pesos a mediados del 2003.
Esta situación radica no sólo en que la cárcel no cuenta con segmentaciones y clasificaciones adecuadas entre los reclusos, que evite el contacto entre primerizos y reincidentes, sino que algo más grave aún, el medio libre no tienen mecanismos adecuados, ni es capaz de acoger y reinsertar a los individuos que han cumplido sus condenas. La rehabilitación entonces se convierte en letra muerta.
*Extracto del ensayo "Trabajo Carcelario en Chile / La industria carcelaria como alternativa de solución a la crisis penitenciaria".

Monday, December 12, 2005

Expectativas democráticas y decepción distributiva...

Foto: Sebastián Troncoso
Considerando los niveles de crecimiento alcanzados por Chile después del retorno a la democracia, y el mayor desarrollo de las capacidades productivas del país, surge el cuestionamiento acerca de cuál es el momento para alcanzar el desarrollo definitivo y dejar de ser una nación subdesarrollada.
Como explica Oswaldo Sunkel, actualmente América Latina enfrenta dos problemas o dilemas esenciales: uno, continuar el proceso de desarrollo y profundización democrática, y dos, la necesidad de dar respuesta satisfactoria a los efectos sociales generados por las políticas de ajuste generadas durante las dictaduras militares. En base a esto, surge una preocupación renovada por el desarrollo y la forma de alcanzarlo. La necesidad de unir y complementar democracia, crecimiento económico y equidad.
¿Cómo debe ser una nueva estrategia de desarrollo definitivo para Chile, que a la vez sea equitativa en la sociedad y que desarrolle aún más la democracia?
El problema del desarrollo, entendido éste como la optimización del uso de los recursos y el desarrollo de infraestructuras productivas eficientes, sumado a una mejor distribución de las ganancias, fue olvidado a partir de los 70`, cuando “la preocupación fundamental pasó a ser entonces la estabilidad y la eficiencia”, según Sunkel.
El problema actual de Latinoamérica radica esencialmente en la necesidad de poner fin a la contradicción entre las aspiraciones ciudadanas que se expresan en las crecientes demandas democráticas y las restricciones que el marco económico genera en diversos sectores sociales, según Sunkel.
Una nueva estrategia de desarrollo, en palabras de Sunkel, desde dentro, no sólo debe considerar el aspecto tecnológico y económico, para el mayor aprovechamiento de los recursos, sino también el aspecto sociopolítico, en el cual se fomente la integración de los menos favorecidos al proceso de desarrollo, junto con dar la importancia suficiente a la cooperación entre los países latinoamericanos. Entonces se hace necesario plantear en que forma se debe coordinar la acción colectiva -como ejercicio y expresión democrática- en relación a las políticas públicas que permitan cambios estructurales y de organización social, para acceder a este avance, con la idea de superar la contradicción entre expectativas sociales relativas a la democracia, y las relacionadas con el crecimiento y las estructuras económicas.
Es decir, cómo generar un proyecto de desarrollo que compatibilice el desarrollo del ejercicio democrático con el crecimiento económico, generando un mayor desarrollo equitativo.
La acción colectiva es un agente esencial para un proyecto de desarrollo. El ejercicio democrático como elemento de negociación, pero más importante aún, de cooperación.
Lo que ocurre hoy día es que se ha producido la problemática generada a partir del desarrollo de mayores libertades democráticas, que se colocan en contradicción con la mala distribución de la riqueza, a pesar del alto crecimiento económico del país.
Mientras no cambien las estructuras relacionadas con la distribución de la riqueza y los beneficios generados del crecimiento económico, sobre todo en tres áreas: políticas de gasto social, programas de empleo de emergencia y políticas hacia el sector informal –pequeñas y medianas empresas- a la vez que se apliquen reajustes expansivos en lo económico, será muy difícil lograr un desarrollo autosostenido y equitativo. La contradicción entre demandas democráticas y marco económico poco equitativo debilitarán el juego democrático y el desarrollo creciente del proceso productivo.
J.G.A

Monday, October 31, 2005

Justicia Social

Un mexicano (Luis Aguilar Sahagún) escribió “El concepto de justicia social puede ser interpretado como igualdad de las oportunidades iniciales bajo las cuales el sujeto individual recibe la oportunidad de abrirse camino en la vida por el propio esfuerzo individual, y de alcanzar el lugar social que desea y que corresponde a sus capacidades”. En verdad, es de aquellos párrafos que uno los lee y cree que uno los escribió, porque retrata de cuerpo entero los ideales en los que nos basamos para actuar en la vida y aquellas concepciones por las que luchamos cada día.
El problema surge porque, párrafos más adelante, nos encontramos con la realista frase de que “una igualdad de oportunidades de este tipo no es realizable”, tanto porque existen distintos criterios para establecer las bases iniciales y porque además resulta casi imposible lograr que estas bases se equiparen. (Es importante que considere el CASI!!!).
Por qué les comento esto, porque, creo, de nosotros depende en gran medida nuestro futuro, del esfuerzo que hagamos, de la responsabilidad con que asumamos nuestros compromisos y el “corazón” que le pongamos a las que cosas que hacemos. Pero no todo debe ser esfuerzo individual, sino más bien, a este esfuerzo, deben sumarse dos cosas en ámbitos distintos, pero complementarios.
Además del esfuerzo individual se debe sumar la acción de un ente superior, el Estado, que debe procurar disminuir las brechas sociales que existen entre ricos y pobres, y lograr que todos los habitantes de nuestro país, por el solo hecho de nacer aquí, tengan acceso a bienes vitales y a la posibilidad de surgir, y una vez que se esté en posesión de estos bienes vitales (alimentación, servicios básicos, empleo, educación y salud, a grandes rasgos) lo que viene a continuación es el resultado de los esfuerzos y las capacidades de cada uno. Por ese Estado debemos luchar, ese Estado deberíamos exigir a quienes gobiernan nuestro país y esa visión es la que debemos conocer. Por eso, resulta de gran importancia que cada uno de nosotros sepa, cuando vote este domingo (y también de los candidatos a Presidente, Diputado, Senador), cuál es la visión de Estado que tiene nuestro candidato, porque es en este ejercicio cívico cuando todos somos iguales, cada uno de nosotros tiene el derecho a emitir un voto, y el voto del más millonario de los empresarios chilenos seguirá siendo solo un voto, y el voto de la persona más humilde de Chile también lo será.
Pero, siguiendo con la lógica, la segunda cosa que debe considerarse tiene que ver con la oportunidad que se abre cuando trabajamos en conjunto, cuando unimos esfuerzos y buscamos mejorar nuestra calidad de vida. Porque no vivimos aislados y solos, pertenecemos a barrios, pueblos, localidades, comunas... en fin, comunidades. Y una comunidad organizada tiene mil posibilidades más de lograr resultados y ser escuchada, que cada esfuerzo individual que se realice. De allí que sea importante que ejerzamos la ciudadanía día a día, no sólo al momento de sufragar, sino perteneciendo a organizaciones territoriales (Juntas de Vecinos) y funcionales (Clubes Deportivos, Talleres productivos, organizaciones juveniles, entre otras), es la forma en que nuestros esfuerzos individuales pueden tener un real impacto y en que encontremos sentido a lo que hacemos, o no debe ser emocionante ver como construyen una plaza con aportes y trabajo de los mismos vecinos?, no será grato saber que el esfuerzo que se hace para construir iglesias, postas, talleres productivos, tiene un resultado concreto?, que donde juegan niños y jóvenes son espacios que nos hemos ganado como ciudadanos de este país, con derecho a estar en los espacios públicos y no entregárselos a los delincuentes?, aportar a que niños y jóvenes salgan de la drogas y los delitos a partir de actividades culturales y deportivas?.
Debemos asumir responsabilidades, porque no solo somos sujetos de derechos, con la capacidad de exigir educación para niños y jóvenes, atención de salud cuando lo requerimos, sino que tenemos deberes, y dentro de los cuáles debemos incorporar a nuestro diario vivir el de ser integrantes de la sociedad y que la calidad de vida que tenemos depende de nuestro compromiso con los demás, y el casi imposible, podría transformarse en una real posibilidad de disfrutar de una mayor Justicia Social.

Tuesday, October 25, 2005

El impacto de la globalización en la configuración de una nueva matriz sociopolítica

La globalización significa esencialmente “una transición desde la fase del estado-nación del capitalismo hacia una fase transnacional, cualitativamente nueva” como explica William Robinson en “La globalización capitalista y la transnacionalización del estado”. Es decir, estamos ante un proceso esencialmente de transformación del estado-nación, y no de desaparición, que implica el surgimiento progresivo de actores e instancias también trasnacionales, tanto económicas como políticas y culturales, que estarían generando una reconfiguración identitaria en el ámbito de la ciudadanía y por ende una reestructuración y transformación del Estado, es decir, su paso a convertirse en un estado trasnacional.
La globalización presenta al menos cuatro efectos, según Manuel Antonio Garretón: la desarticulación de los actores clásicos ligados al modelo de sociedad Industrial de Estado nacional -la explosión de identidades adscriptivas o comunitaristas basadas en el sexo, la edad, la religión - nuevas formas de exclusión que expulsan masas de gente estableciendo un vínculo puramente pasivo y mediático entre ellas y la globalización y la conformación de actores a nivel globalizado que enfrentan a su vez a los poderes fácticos transnacionales.
Debido a esto, los ciudadanos tienden a romper su relación de dependencia con el Estado, y apelan a instancias trasnacionales de solución y acción política, lo que implica nuevas formas de hacerla y ejercerla, a lo que se suma una redistribución del poder y la legitimidad a nivel nacional-estatal como internacionalmente. El cambio, en cuanto a la identidad ciudadana, tiene profundas implicancias con respecto a la forma en que los individuos conciben su posición con respecto a su espacio territorial, la autoridad estatal y por ende su cultura. En este sentido, las relaciones entre los individuos y el Estado se transforman.
En el caso de Latinoamérica, la política pierde su lugar privilegiado como eje fundamental de la sociedad, dando paso a un “nuevo tipo societal, que podríamos llamar post-industrial globalizado y que sólo existe como principio o como tipo societal combinado con el anterior, tiene como ejes centrales el consumo y la información y comunicación”, como explica Garretón.
Estos nuevos ejes generan y definen nuevos actores sociales, con nuevas demandas y áreas de acción social, donde ya no son sólo los partidos políticos los medios para canalizar demandas hacia el estado, sino también las ONGs, incluso los medios de comunicación.
Esta transformación y nueva configuración identitaria, tiene directa incidencia en la forma en que se perciben las personas como ciudadanos de un Estado-nación. Cambia su tradicional percepción con respecto a la nación como núcleo identitario y de cohesión, y por ende su forma de identidad ciudadana, lo que tiene enormes implicancias en la forma de actuar dentro y con respecto al Estado.
La transformación del Estado, no sólo significa la transformación de las estructuras institucionales y jurídico-políticas, sino también la metamorfosis de nuestras propias cosmovisiones y autopercepciones. Esto, genera nuevas particularidades, nuevas comunidades sociales agrupadas en torno a diversos simbolismos, que operan más allá del orden nacional estatal, como los grupos ambientalistas, las organizaciones virtuales. “La consiguiente redefinición del sentido de pertenencia e identidad, organizado cada vez menos por lealtades locales o nacionales, y más por la participación en comunidades transnacionales o desterritorializadas de consumidores”, como explica Néstor García Canclini en “Consumidores y ciudadanos”.
Todo esto, deriva en la configuración de una nueva matriz, donde no existen sistemas políticos, es un tipo societal sin sistema político, un modelo neoliberal que desarticula y desintegra la matriz estatal-nacional-popular. Por lo mismo, los nuevos actores emergentes, presentan “problemas de representación en la arena política bastante más complejos, en comparación con los actores propios de la sociedad industrial de Estado nacional”, pues no existe una identidad definida en torno al Estado esencialmente, ni a la nación en muchos casos.

Friday, September 23, 2005

Editorial

Stasis, es una publicación dedicada a los temas Públicos, que pretende abrir un espacio de discusión desde las Ciencias Sociales hacia la opinión ciudadana, que vaya disminuyendo las asimetrías de información y permita una mejor toma de decisiones.
Pretendemos, a partir del trabajo intelectual y la constante de búsqueda de conocimiento, reflexión y cuestionamiento, dar un golpe a la realidad social.
Comité Editorial Revista Stasis -2005
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